lunes, 11 de mayo de 2009

Soneto

Resumiéndote a un enamorado

Común a tu volar de blancas alas
liberas las palabras en despojos,
trazandose en los papiros rojos
la frase más hermosa que regalas.

Sabiendo que tus ojos son las armas,
que matan voces calmas por los soplos
de nubes esculpidas por escoplos,
maderos con amor y sin sus ramas.

Por eso apuesto por tu piel, un don;
hacerme piedra de una dura arena,
en los pilares puestos con pasión.

Y así tenerte en ésta esencia plena
cantando notas sabias de razón;
paciente, amena, ausente, algo serena.
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